Como superar el rechazo y seguir adelante

Todos hemos experimentado una situación de rechazo alguna vez en la vida. Es algo doloroso y muchas veces difícil de olvidar. Todo ser humano necesita ser amado y aceptado. Pertenecer a un grupo social, comunidad o familia es algo imprescindible para la supervivencia. Ningún ser humano, podría sobrevivir completamente aislado.

Hoy en día, en esta sociedad hiper-conectada mediante Facebook y otras redes sociales, podría parecer que el rechazo no es algo que se vea con frecuencia, sin embargo esto no es así.

Ni bien una persona realiza una publicación en Facebook, espera una respuesta, una reacción o una interacción de sus contactos. Sin embargo, si la publicación no ha recibido suficientes respuestas (o «me gusta»), puede generarse una sensación de verdadero rechazo y una sensación de abandono o soledad.

Cuando sentimos que hemos sido rechazados, inmediatamente nos flagelamos con pensamientos de culpabilidad, vulnerabilidad e ideas pesimistas acerca del futuro. La situación es incluso más dolorosa cuando el rechazo es en el ámbito amoroso, ya que afecta directamente nuestra autoestima y autoconfianza.

No importa que tan dolorosa sea una situación de rechazo, siempre existen formas de superarla. A continuación mencionamos algunas de las técnicas más efectivas para superar un rechazo, ya sea en una red social, en el ambiente familiar, laboral o incluso en el plano sentimental.

Alejar el miedo al rechazo aceptando que puede suceder y que será doloroso

El dolor emocional puede ser igual de demoledor que el dolor físico. Imaginen recibir una patada en la boca del estómago o un gancho en el mentón. La misma sensación de desolación y horror, puede generarse cuando somos abandonados o rechazados por una pareja.

Para lidiar efectivamente con el dolor generado por el rechazo, es necesario evitar la necesidad de sentirnos inmunes al dolor. Si verdaderamente estamos afectados, no debemos simular que no lo estamos.

Tenemos que entender que esa sensación de dolor y desasosiego que estamos experimentando, es inevitable y real, al igual que el dolor físico. Tratar de edulcorar los sentimientos de dolor y abandono, solo empeorará la situación.

Luego de un rechazo, sentimos una voz interior que es una mezcla de ira, tristeza, desolación y soledad. Es importante no tratar de callar esta voz, debemos escucharla y entenderla. Si la silenciamos, esta voz volverá una y otra vez.

Controlar la cantidad de situaciones de rechazo a las que nos exponemos

Todos poseemos un grado distinto de tolerancia al rechazo. Algunas personas pueden manejar grandes cantidades de rechazo y frustración sin experimentar mayor merma en su integridad psicológica. Al otro lado, algunas personas sencillamente se ven aniquiladas frente a una sola situación de rechazo.

Cuando ya se ha experimentado un rechazo, es necesario protegernos en un bunker simbólico. Debemos protegernos emocional y psicológicamente. Esto significa que por un breve periodo de tiempo, debemos disminuir la cantidad de situaciones en las cuáles podemos experimentar nuevos rechazos o frustraciones.

Debemos dirigir nuestra atención hacia oportunidades y actividades que no nos pongan nuevamente en riesgo de rechazo, por lo menos durante un tiempo.

Luego de un ejercicio físico extenuante, nuestro cuerpo necesita un descanso para qué los músculos recuperen nuevamente su tono y flexibilidad. Nuestra mente es igual, luego de una situación estresante como un rechazo, necesita un tiempo para recuperar su calma y tonificarse.

Cada persona debe conocer sus límites y respetarlos. Por ejemplo, si hemos sido rechazados en una entrevista laboral, deberíamos dejar pasar unos días antes de volver a acudir a nuevas entrevistas.

Redefinir lo que entendemos por rechazo

Algunas investigaciones científicas realizadas en la Universidad de Stanford, parecen sugerir que las personas con ideas preconcebidas en lo que respecta al rechazo romántico, experimentan sentimientos negativos más intensos y prolongados luego de experimentar un rechazo.

Los participantes de este estudio que creían que la personalidad es una cualidad intrínseca que no se puede alterar, atribuían el rechazo a defectos de su propia personalidad, en lugar de identificar el rechazo como una oportunidad para mejorar y crecer. Ésas personas, creían firmemente que dichos defectos eran permanentes y que afectarían por siempre a sus futuras relaciones.

Es bastante común, creer que un rechazo se debe indefectiblemente algo que está mal en nosotros mismos. Muchas personas piensan así, sin embargo esto no significa que sea lo correcto. Meditemos en lo siguiente.

  • La posibilidad de que los juicios que estamos haciendo sobre nosotros mismos y nuestras características no sean muy acertados y en lugar de eso solo sean pensamientos que surgen como consecuencia de las emociones intensas y dramáticas que estamos experimentando luego de un rechazo.
  • La  probabilidad de que un rechazo, solo sea un indicador de que lo que deseamos no es necesariamente lo mejor para nosotros.
  • La posibilidad de que un rechazo nos obligue a tomar otra senda, que finalmente nos lleve a una situación de verdadero éxito y fortuna.

Aprender a asimilar mejor el golpe del rechazo

Todos podemos desarrollar una mayor confianza luego de un rechazo. Esto se puede lograr analizando concienzudamente nuestros patrones de comportamiento y diseñando una estrategia de contingencia que nos ayude en el futuro.

Para esto, podemos ayudarnos de anotaciones. Escribamos cuáles son nuestras emociones y pensamientos luego de haber experimentado un rechazo. Acto seguido, escribamos una estrategia para cada emoción. Por ejemplo, si la emoción en cuestión es la ira, planifiquemos una estrategia que nos permita disipar la energía generada por esta ira.

Si la emoción es la tristeza, una buena estrategia sería por ejemplo distraer nuestra mente con un curso nuevo, un nuevo libro o pasar tiempo al lado de amistades que no veíamos tiempo atrás.