Los ácaros son seres diminutos, a veces microscópicos, emparentados con las arañas y garrapatas. Muchos de ellos causan graves daños a las plantas, ya sea alimentándose de los tejidos de éstas o transmitiendo enfermedades víricas a sus huéspedes.
Araña roja
Hay dos clases: la araña roja de los frutales, que ataca a éstos, en especial a los manzanos y los ciruelos, y la de invernadero, que ataca las plantas de vivero y de interiores, así como ciertos arbustos y plantas.
Aunque son dos especies distintas, tienen un efecto similar sobre las plantas que atacan. Las hojas se quedan finamente moteadas y se tornan amarillas o pardo-rojizas.
Cuando el ataque es fuerte, se caen. Las arañas rojas de invernadero dejan una fina tela sedosa sobre las hojas. Para eliminar los ácaros de los frutales, se rocía con un producto acaricida inmediatamente después de la floración. Contra los ácaros de invernadero, rocíense las plantas regularmente con un producto acaricida.
Ácaros de agalla
Como indica su nombre, los síntomas de su invasión son las agallas o inflamaciones de las hojas y botones de una planta. Para suprimirlos, rocié la planta en primavera con un compuesto azufrado.
Los ácaros de las grosellas son los peores enemigos de estas plantas. Infestan los botones, que se vuelven demasiado grandes y no llegan a desarrollarse. Para suprimirlos arranque y queme los botones hinchados a comienzos de marzo y luego rocíe la planta con un compuesto de azufre cuando las flores se abran.
Repita la operación tres semanas después. Los ácaros de las grosellas transmiten también una enfermedad vírica cuyos síntomas son una reducción del crecimiento y de la producción, menor tamaño de las hojas y menos lóbulos; los capullos no tienen vello y son de color magenta brillante.
Ácaros de los bulbos
Los síntomas de infestación son el retorcimiento y malformación de las hojas y franjas de color de herrumbre en los tallos y en el follaje. Estos ácaros atacan principalmente a los narcisos y los Hippeastrum.
Si la planta está muy infestada, destrúyala. En casos menos graves, en invierno, cuando los bulbos se hallan inactivos, sumérjalos durante dos o tres horas en agua a 45ºC.
Ácaros tarsonémidos
No hay realmente ninguna forma eficaz de eliminar los ácaros tarsonémidos. Las hojas de las plantas que atacan se enrollan en los bordes, y en los casos graves se deforman completamente; causan también manchas y marcas en la superficie. Son especialmente susceptibles las dalias, las begonias, los ciclámenes de tiesto, las fucsias y las plantas de invernadero, como los helechos. Rociarlos frecuentes con sulfuro cálcico pueden limitar la infestación.