La pandemia global por COVID-19 tomó por sorpresa a todos, pocas personas pudieron prever el tremendo impacto que este virus iba a tener en la salud de la población y en la economía de los países.
A medida que pasa el tiempo, los expertos recién están aprendiendo a lidiar con esta nueva variante de la familia de los coronavirus, diseñando e implementado medidas de contención para evitar su diseminación descontrolada.
Las primeras medidas de control involucran lo que ya se ha recomendado antes para los brotes virales: distancia social y medidas de barrera como el uso de mascarillas y lavado frecuente de manos.
Desde el comienzo de la pandemia, también se recomendó el empleo de medidas de sanitización como son las Fumigaciones.
En los últimos años los insumos químicos y fórmulas empleadas para la fumigación han evolucionado notablemente, logrando no solo una altísima efectividad sino también ser amigables con el medio ambiente e inocuos para personas y seres vivos en general.
Fumigar: como y cuando
Durante el brote del COVID-19, las entidades de salud mundial (OMS, OPS, CDC) han ido cambiando sus directivas con respecto al tema de prevención en general. En lo que respecta a la fumigación, esta sigue siendo recomendada en ambientes con alto tránsito de personas y donde se sospeche de algún brote de Covid-19.
Las fumigaciones deben ser realizadas por profesionales y personas entrenadas en este campo. Como era de esperarse, debido al desempleo que este nuevo contexto mundial ha generado, muchas personas han emprendido, empíricamente en el negocio de la fumigación como pocos o nulos conocimientos sobre el tema.
El peligro de acudir a personas sin experiencia, tiene múltiples aristas, en primer lugar podrían exponer a las personas del entorno a químicos no controlados o a niveles muy altos de los mismos.
Por otro lado, podrían realizar, por su falta de experiencia y conocimientos, fumigaciones inefectivas y que no logren neutralizar el virus o lo hagan de forma muy leve, algo que obviamente es muy peligroso.
Esta es la razón por la que vale la pena dedicar un tiempo a buscar empresas que se dediquen a este rubro y que sigan las normativas vigentes para garantizar procedimientos seguros y efectivos.
Fumigaciones eco-amigables y eficientes
Como ya hemos mencionado previamente, hoy se cuentan con algunas formulaciones que son altamente viricidas y con un bajo impacto ambiental, así como también, inocuas para el ser humano y mascotas.
Por ejemplo, se emplea con frecuencia el amonio cuaternario de 5ta generación, un compuesto muy efectivo y con bajo impacto ambiental.
También se suelen emplear compuestos que incluyen el ácido cítrico que resulta tener una alta eficacia contra una amplia variedad de patógenos.
Recientemente también se ha «redescubierto» el uso del agua electrolizada o ácido hipocloroso, un compuesto altamente biocompatible que se usaba ya desde la primera guerra mundial para curar heridas y sanitizar ambientes.
Lo sorprendente de este compuesto es que se fabrica solo con agua y sal, mediante un proceso controlado. El agua electrolizada por encima de las 60ppm tiene una alto potencial viricida que hace efecto en pocos segundos.
Prevención
Algunos compuestos como el amonio cuaternario, siguen siendo activos durante varias horas sobre las superficies en las que han sido aplicados, por lo que se podría hablar de un verdadero efecto preventivo.
Algunas empresas tienen como parte de su protocolo de prevención, la fumigación periódica de sus ambientes, en especial aquellas que tienen que ver con la atención al público. También edificios y condominios, están adoptando estas medidas de contención y prevención.
Mientras se sigue averiguando más sobre las medidas de contención del COVID-19, se deben aplicar medidas eficientes ya probadas como la fumigación profesional, para minimizar el impacto de la diseminación viral en ambientes caseros y laborales.