Rotura muscular: ¿Se puede tratar con fisioterapia?

Los músculos isquiotibiales, algunas veces llamados sencillamente «isquios» están localizados en la parte posterior del muslo. Este paquete muscular en realidad está formado por tres músculos: semitendinoso, semimembranoso y parte del bíceps femoral.

Los isquiotibiales participan en el movimiento de flexión de la rodilla mientras caminamos, corremos y también cuando nos arrodillamos. Los isquios también participa en la extensión del muslo sobre la cadera mientras estamos de pie.

Ya que estos músculos participan en los movimientos de desplazamiento hacia adelante, atrás y laterales, es frecuente que se lastimen durante la práctica de diversos deportes.

Lesiones en los isquiotibiales

Las lesiones más frecuentes en los isquiotibiales son los estiramientos y en algunos casos la rotura. Esta rotura o desgarro muscular es frecuente en deportistas que realizan saltos y movimientos de aceleración, desaceleración y laterales.

Los isquiotibiales también pueden sufrir lesiones como parte de la progresión de otros problemas pre-existentes como contracturas previas y tendinitis según nos explican los profesionales de fisiosante.com/fisioterapia-aravaca.

Algunos factores de riesgo para la rotura de los músculos isquiotibiales incluyen el sedentarismo, deficiencias nutricionales y problemas circulatorios.

Las lesiones de los isquiotibiales según su gravedad se pueden clasificar en tres grados:

Grado 1: Las fibras musculares presentan distensión leve. En este caso el daño no es tan extenso.

Los síntomas más frecuentes son dolor al movimiento, tumefacción, dolor a la palpación, marcha normal o con dolor leve y movilidad adecuada de la rodilla.

Grado 2: Las fibras musculares presentan una rotura parcial. En este caso los síntomas son más complejos y molestos.

Los síntomas frecuentes en esta caso son la presencia de un dolor moderado a la extensión, inflamación moderada, dolor a la palpación, disminución de la fuerza muscular, hematomas, marcha con cojera y limitación en la movilidad de la rodilla.

Grado 3: Hay una rotura extensa de las fibras musculares. Los síntomas son aparatosos y el paciente demuestra una gran incomodidad.

En este caso el dolor es permanente con hematoma es extenso, la pérdida de la fuerza muscular es importante, la marcha normal es imposible sin la ayuda de muletas y la articulación de la rodilla está severamente limitada en su movimiento.

Prevención

La prevención de la rotura o desgarro de estos músculos incluye:

  • Realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento, previos a la práctica deportiva principal.
  • Empleo de un calzado adecuado para el deporte que se practica.
  • Incrementar gradualmente la intensidad del ejercicio físico.
  • También son importantes una buena alimentación, evitar el sedentarismo y evitar practicar deportes intensos sin asesoría profesional.

Tratamiento

Una vez ocurrida la lesión, el tiempo de recuperación dependerá lógicamente del grado del daño.

La lesión pasará por tres fases:

  • Inflamatoria: Con un periodo de duración de 48 horas en promedio. La inflamación es un mecanismo de reparación que no se debe interrumpir. Los esfuerzos deben estar abocados a disminuir el hematoma y el dolor.
  • Reparación: Comienza después de las 48 horas. Hay neo-formación vascular y regeneración de fibras musculares.
  • Remodelación: Comienza a organizarse la matriz de colágeno, mientras las fibras musculares se están regenerando. Los esfuerzos en esta fase buscan que la cicatrización sea la mejor posible.

La cicatrización total puede demorar hasta un mes.

Fisioterapia: Estiramiento y movilización

Los músculos necesitan movilización para recibir un aporte suficiente de sangre y oxígeno, además de optimizar el drenaje de deshechos y preservar la elasticidad. Por esta razón, ante la rotura de los isquiotibiales es aconsejable movilizar la zona afectada mediante ejercicios de rehabilitación.

Los estiramientos realizados como parte del tratamiento de recuperación deben ser siempre suaves y limitados, teniendo como referencia la presencia  ausencia de dolor.

Finalmente, los músculos deben recuperar su fuerza luego de la lesión, para lo cual se realizan programas de ejercicios isotónicos e isométricos.

Se sabe que en estos casos, cuanto antes se comience con la movilización y estiramiento – bajo la tutela de profesionales como los de fisiosante.com, mejor será el pronóstico de recuperación y el tiempo de baja será más breve.